9 razones por las que la empresa se ha de preocupar por el desarrollo y el impacto social de su actividad

El sector privado es el principal motor de desarrollo económico en la sociedad, genera el 90% del empleo a nivel global y provee productos y servicios que impactan de manera definitiva en la vida de las personas.

 

La empresa puede fomentar un crecimiento económico más inclusivo y sostenible a través de su propia actividad, generando empleo digno, respetando los derechos humanos, creando nuevos productos y servicios que atienden mercados subatendidos y abriendo oportunidades de desarrollo para los eslabones más vulnerables de su cadena de valor. Una empresa sana no puede subsistir en entornos con problemas; al contrario, el propio desarrollo de su entorno abre enormes posibilidades de prosperidad compartida.

De acuerdo con la Comisión para la Empresa y el Desarrollo Sostenible, cumplir los ODS abriría más de 13 000 millones de dólares en oportunidades de mercado en áreas como alimentación y agricultura, ciudades, energía y salud y bienestar, al tiempo que se resolverían retos básicos que afectan la calidad de vida de miles de millones de personas. Afirma el estudio Better Business Better World (2017) de Buisness and Sustainable Development Commission.

 

Por otro lado, la sociedad en general, las nuevas generaciones en particular y los inversores, demandan que las empresas se responsabilicen del impacto social y ambiental de sus actividades económicas. Además, el consumidor demanda al sector privado que contribuya a una economía más alineada con el modelo de crecimiento sugerido por los ODS. La sociedad pide una economía más incluyente que se preocupe por el planeta y las generaciones futuras, que genere mayor equidad y que no deje a nadie atrás.

Los argumentos, no sólo éticos sino empresariales, que movilizan cada vez a más empresas a dar pasos en esta dirección son muchos, y cada día más contundentes. Algunos de los beneficios que obtienen las empresas que se implican en lograr una economía más sostenible e inclusiva son los siguientes:

 

1. Ventaja competitiva que les refuerza en su posición de liderazgo en sus sectores

Las empresas que lideran la apuesta por promover un crecimiento económico más inclusivo y sostenible, y buscan generar más valor tanto para sus grupos de interés como para la sociedad en general, se están convirtiendo en referentes en sus sectores, lo cual refuerza su fuerza en el mercado. En estos casos, la generación de valor compartido o la sostenibilidad forman parte de la estrategia empresarial y, por tanto, son ejes clave de su ventaja competitiva.

 

2. Reputación positiva de marca

Este punto está muy en línea del anterior. Implicarse en lograr que la actividad empresarial sea más sostenible e inclusiva y, por ejemplo, mejorar las condiciones de los colectivos vulnerables asociados a la cadena de aprovisionamiento y/o producción de determinados productos y servicios (es decir, buenas condiciones de trabajo, salarios razonables, etcétera) crea una imagen de marca positiva y mejora la aceptación de las comunidades con las que trabaja.

 

3. Mitigación de riesgos

Vincular la estrategia con los retos y desafíos sociales del entorno en el que actúa, ayuda a cohesionar la actividad de la empresa con la sociedad y permite mitigar los riesgos de conflictos sociales asociados a una mala gestión. Por ejemplo, la aplicación de los principios rectores de Empresa y Derechos Humanos o los principios de empresas transnacionales de la Organización Internacional del Trabajo, está logrando que muchas empresas ganen consciencia de los retos y riesgos sociales asociados a sus cadenas de valor y a poner medios para gestionar y mitigar los mismos. Además, la gestión adecuada de riesgos permite encontrar mejores aliados estratégicos a la hora de desarrollar actividades conjuntas y se envía un mensaje positivo a los inversores sobre las capacidades de la empresa para responder a los retos actuales. Todo esto muestra que la compañía puede ser más resiliente en su adaptación al entorno.

 

4. Atracción de talento y retención de empleados

Promover una política de gestión empresarial sostenible y responsable genera mayor aceptación por parte de los empleados y crea un sentimiento de pertenencia. Esto aumenta la retención de los trabajadores y promueve una cultura empresarial que atrae el talento y capital humano. Varios estudios demuestran de forma reiterativa cómo las nuevas generaciones buscan empresas que estén comprometidas y tengan la ambición de crear un mundo mejor. Según el estudio The 2017 Delloite Millenial Survey, la generación milenial piensa que las empresas pueden hacer más (un 76%) y que esperan que los líderes empresariales se comprometan con la mejora de la sociedad (un 62%).

 

5. Legitimidad en el mercado local o licencia para operar

Adoptar estrategias que integren los retos de desarrollo de las comunidades más vulnerables que interactúan con la actividad de la empresa, ayuda a las empresas que operan en mercados internacionales a ser mejor aceptadas y aseguran sus licencias para operar.

 

6. Estabilidad, calidad y productividad de la cadena de suministro

Trabajar con cadenas de suministro más integradas y fomentar alianzas para afianzar a los stakeholders de la empresa en un modelo económico con objetivos sociales comunes, ayuda a promover la cohesión de la cadena de valor y mejora la calidad y la productividad de la empresa.

 

7. Diversificación de la cartera de productos y servicios

Promover modelos de negocio sociales y fomentar una economía inclusiva permite diversificar los mercados habituales de las empresas y acceder a nuevos grupos de consumidores, así como generar nuevos productos y servicios adaptados a dichas necesidades.

 

8. Fomento de la capacidad innovadora de la empresa

Trabajar en una triple línea de resultados, armonizando los aspectos sociales y medioambientales con los económicos, así como incluyendo comunidades de colectivos vulnerables en los procesos de negocio, ayuda a fomentar la capacidad innovadora de la empresa. La empresa se ve obligada a adaptar las actividades económicas a nuevas circunstancias y a contextos donde la empresa no está habituada.

 

9. Valor frente a los grandes inversores

Los grandes inversores están valorando -con criterios cada vez más exigentes- que los retornos financieros vayan acompañados de un mayor impacto de las empresas en la sociedad. Se ha generado un interés creciente para identificar inversiones en empresas que cumplan con criterios de sostenibilidad, social o medioambiental, ya que la evidencia demuestra que la correlación con mayor rentabilidad y longevidad es directa. Por otro lado, el volumen destinado a inversiones socialmente responsables crece de manera llamativa en todos los mercados.

 

Si estás interesado en conocer cómo el sector privado, a través de su propio negocio, puede ayudar a resolver problemas sociales en España, no dudes en descargarte el informe: ‘Negocios inclusivos y empresas españolas. El momento de no dejar a nadie atrás’. Casos de éxito o cómo desarrollar negocios inclusivos, son entre otros muchos puntos, los capítulos que conforma esta publicación.