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Comprender, el primer paso
La mejor forma de corregir un problema es comprenderlo. También sucede con la desigualdad. A las consecuencias todavía visibles de la crisis económica de 2008, se suma ahora el golpe de la COVID-19.
La pobreza y la exclusión son hoy más visibles que ayer. Una visibilidad que puede transformarse en oportunidad para enmendar la situación, si sabemos aprovecharla.
Conseguirlo es responsabilidad de todos. Y solo lo lograremos con un esfuerzo conjunto de toda la sociedad, empresas e instituciones. El liderazgo del sector empresarial es clave en este esfuerzo para que, junto a la necesaria y rápida reactivación económica, se logre que ese crecimiento beneficie a toda la sociedad y contribuya a una prosperidad más amplia y compartida.
Como empresa, buscar una prosperidad compartida no tiene por qué significar renunciar al beneficio económico y al éxito empresarial. Quizá sí una manera diferente de medir el primero y entender el segundo.
Es posible contribuir con soluciones empresariales que generen impacto y mejoren la vida de las personas más vulnerables. Es el momento de actuar con propósito teniendo en cuenta una mirada a largo plazo y hacia la sostenibilidad.