Mercedes Negueruela: «Confianza y transparencia son dos palabras que facilitarían mucho el trabajo de las ONG»

En 1958 un grupo de personas preocupadas por el creciente abandono escolar de muchos jóvenes crea Asociación Norte Joven. Desde sus centros en los municipios de Fuencarral – El Pardo, Villa de Vallecas y Alcobendas, en Madrid, promueven el desarrollo personal y la integración sociolaboral de colectivos en situación de desventaja. La misión de Norte Joven es formar a jóvenes para que el día de mañana puedan tener acceso a un empleo, y Mercedes Negueruela es la Directora desde 2012.

 

Durante el año apoyáis a más de 500 personas, preferentemente jóvenes, en Formación Profesional Básica y otros empleos más específicos. ¿Cuáles son vuestras principales líneas de actuación?

Desde Norte Joven atendemos el abandono escolar temprano. Un problema que afecta principalmente a jóvenes que no han alcanzado la titulación mínima obligatoria, o que no están lo suficientemente cualificados para acceder a un empleo. Hay un factor determinante que es el bajo nivel de formación o cualificación, asociado con la pobreza y la exclusión social. En este punto, actuamos.

Los jóvenes llegan a nuestros centros por recomendación de otros jóvenes, servicios sociales o entidades con las que colaboramos en red. Primero les entrevistamos, para evaluar su nivel educativo y comprobar que cumplen los requisitos de acceso. En función de los resultados, creamos un itinerario para atender sus necesidades. El itinerario incluye cualificación profesional, así como formación cultural para que obtengan el título de educación secundaria. Además, incluimos actividades de desarrollo personal y social, formación y orientación laboral, salud y valores. También apoyamos esa asistencia con prácticas en empresas y realizamos seguimiento (al menos durante un año) al terminar su formación.

Somos un centro que ofrece una segunda oportunidad formativa a los jóvenes que no han alcanzado los objetivos mínimos que pide hoy la sociedad. En nuestros centros pueden lograr esos objetivos gracias al acompañamiento personal de nuestro equipo. La duración media de la formación es de aproximadamente 18 meses, pero se personaliza en función del conocimiento base del joven y también de sus circunstancias personales y sociales. Es importante destacar que colaboramos con otras entidades para atender las distintas limitaciones que se pueden presentar. Tratamos siempre de trabajar de manera holística e integral.

 

¿Cuál es la realidad de la vulnerabilidad actual?

Por una parte, hemos notado una disminución del número de jóvenes que no han completado la educación secundaria, lo cual es positivo. Sin embargo, percibimos un nuevo componente de vulnerabilidad que está relacionado con los problemas emocionales y la salud mental. Los jóvenes y adultos que atendemos presentan más inestabilidad emocional que en otro tiempo. La incertidumbre, el incremento de los precios, los alquileres, la presión de las redes sociales, entre otros… También hemos notado que atendemos a más inmigrantes. Su situación desprotección es mayor como consecuencia de un proceso migratorio complicado y ciertas dificultades a la hora de integrarse.

 

¿Qué papel juegan las ONG para disminuir la desigualdad y la exclusión en España?

Las ONG desempeñamos un papel muy relevante con colectivos específicos. Tenemos la posibilidad de proporcionar soluciones diversas o complementarias en comparación con las que ofrece la Administración Pública. Además, tenemos la tarea de concienciar sobre diversos problemas e influir en la sociedad y en la política, para dar voz a determinados colectivos y promover un cambio que beneficie a todos.

Sobre el fracaso escolar, es importante crear oportunidades laborales para los jóvenes que todavía no han tenido su primera experiencia profesional. Desde Norte Joven pensamos que se puede aprender desde el propio puesto de trabajo. Este tipo de oportunidades pueden ayudar a reducir las barreras de entrada de los jóvenes vulnerables en el mercado laboral y mejorar sus perspectivas de empleo.

Las ONG somos una alternativa importante para que las personas puedan canalizar sus inquietudes. Aportamos nuestro granito de arena para mejorar la sociedad y, con ello, reducir las desigualdades. Además, las ONG también pueden servir como intermediarias para las empresas que deseen contribuir a enfrentar desafíos actuales. En este sentido, las alianzas público-privadas, incluyendo a personas físicas y jurídicas, son esenciales, para trabajar juntos y alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, tal y como indica el ODS 17. Estas alianzas pueden proporcionar recursos, experiencia y trabajo en conjunto para lograr soluciones sostenibles e inclusivas.

 

¿Qué necesitan las ONG para mejorar esa coordinación con el Gobierno?

Los vaivenes políticos son un obstáculo. En el ámbito educativo, es importante contar con un marco estable y coordinado. Un “pacto por la educación” podría ser una herramienta útil. Es necesario establecer una línea de trabajo clara, consistente y duradera para que los profesionales de mañana mejoren su situación. Habría que reducir la burocracia, agilizar los trámites y las convocatorias para establecer relaciones más sólidas y efectivas. Yo creo que en la parte de coordinación hace falta confianza; confianza y transparencia son dos palabras que facilitarían mucho el trabajo de las ONG.

 

Desde vuestra experiencia, ¿cómo es colaborar con el sector privado?

Nuestro método de trabajo incluye prácticas no laborales en empresas al final del itinerario formativo. Esta acción permite a los jóvenes adquirir experiencia en un entorno real, para conocer de cerca las exigencias y requisitos del mercado laboral.

Al menos durante el primer año realizamos un seguimiento, para garantizar que la transición sea exitosa y que se ajuste a las expectativas de ambas partes. De esta forma, también la empresa puede conocer a un candidato al que puede contratar. La inserción laboral es clave para la integración personal y social, y brinda la oportunidad de tener una vida plena. Esa es nuestra misión, lograr la integración sociolaboral de colectivos en situación de desventaja.

Con las empresas trabajamos también para concienciar sobre la importancia de aprender durante el proceso de la formación. Partiendo de esta idea, nos parece muy importante recuperar la figura del aprendiz. Es fundamental que las empresas comprendan la labor que llevamos a cabo en nuestra asociación, el perfil de jóvenes a los que nos dirigimos, sus dificultades etc.

Actualmente mantenemos las mismas formaciones que impartimos, incluyendo las habilidades demandadas por las empresas. Además, hemos ampliado nuestra oferta formativa en el sector de la energía fotovoltaica y hemos incorporado un curso en el sector digital. No obstante, debido al perfil de las personas con las que trabajamos, que no cuentan con el título de la ESO, hemos avanzado en otros sectores como puede ser la robótica o la programación, dado que se requiere, en general, contar con dicho título formativo, como mínimo, para acceder a estas formaciones.

Otra manera colaborar con las empresas es desde del voluntariado corporativo. Así acercamos a nuestros jóvenes a las demandas y requisitos del mercado laboral. Los profesionales de la empresa vienen a nuestro centro a impartir sesiones formativas o actividades concretas. Sin duda la colaboración entre empresas y ONG es clave para abordar los desafíos sociales y laborales de manera efectiva.

 

Vuestro proyecto “Catering Solidario para la Empleabilidad” fomenta la formación de los alumnos al ofrecerles prácticas reales en hostelería. ¿Cuáles han sido los principales logros de este proyecto?

La iniciativa surgió con el objetivo de proporcionar prácticas reales a los jóvenes en el sector de la hostelería; en nuestros centros de Alcobendas y Villa de Vallecas. Combina formación y práctica, pues elaboran menús solidarios para familias en situación de exclusión. Al inicio de la pandemia, sobre todo, paramos la actividad, pero luego hubo alumnos voluntarios que quisieron cocinar. Se han llegado a repartir más de 5.000 menús solidarios. Es un servicio que tiene un impacto real en otras personas y que mejora la autoestima de nuestros jóvenes. Es una labor muy positiva porque se sienten muy orgullosos.

Por otra parte, contamos con un restaurante – escuela en nuestro centro de Fuencarral: “Fuera de carta”. Está abierto al público y a las empresas. Esta iniciativa tiene un componente de sostenibilidad, porque recibimos una aportación por el menú y, una vez conocido el proyecto, muchas, empresas y particulares realizan una donación. Gracias a esas donaciones del sector privado podemos seguir manteniendo las actividades.

 

¿Qué importancia tiene la educación y el empleo para garantizar la reducción de la pobreza y exclusión en España?

La educación es un pilar fundamental. Considero que es un motor de cambio. Si una sociedad educa en valores críticos y responsables, asienta las bases para reducir la pobreza y la exclusión. El empleo es una herramienta para lograr la integración real que, junto con la formación, juegan un papel fundamental para que las personas puedan vivir dignamente. En este sentido, es muy importante que los centros de formación ofrezcan respuestas más flexibles, en lugar de limitarse a dar respuestas preestablecidas que pueden no adaptarse a las necesidades de todas las personas. En este aspecto, las ONG que trabajamos en ámbitos socioeducativos tenemos un rol esencial ofreciendo soluciones personalizadas, como es el caso de las Escuelas de Segunda Oportunidad.

Por otra parte, en el ámbito educativo y laboral pienso que hay fórmulas que no se promueven lo suficiente, como la formación dual. Actualmente, los jóvenes que deben trabajar para subsistir tienen mayores dificultades para formarse, y este modelo permite compaginar la formación con el empleo. Aunque se ven algunos cambios, es necesario impulsar aún más estas iniciativas.

 

 

La entrevista forma parte de la VI investigación: Productos y servicios. Una respuesta empresarial a la vulnerabilidad en España.