El origen de los negocios inclusivos

La sostenibilidad de un mundo conectado y global, en el que abunda la desigualdad, plantea todo un reto a gran escala que solo podrá resolverse con soluciones empresariales innovadoras, sostenibles económica y socialmente, escalables, replicables, y con impacto.

 

Las empresas son capaces de llegar donde los Gobiernos y las ONG no llegan, y pueden aportar donde los retos globales no son alcanzables con la filantropía o con proyectos de acción social. Se requieren alianzas público-privadas eficaces entre los diferentes actores –empresas, gobiernos, ONG y mundo académico–. Así como innovación, sostenibilidad y escalabilidad; elementos que puede aportar el sector privado para conseguir un mayor impacto, global y a largo plazo.

Los negocios inclusivos tienen en cuenta a la Base de la Pirámide (BdP). Este término, acuñado por primera vez en 2002 en un reconocido artículo La Fortuna en la Base de la Pirámide, de los académicos Stuart L. Hart y C.K. Prahalad, es desde entonces un concepto clave para hablar de poblaciones de bajos recursos excluidos de la economía.

La base de la pirámide es la forma de designar a los 4.000 millones de personas[1] que viven principalmente en países en desarrollo y cuya renta per cápita anual se encuentra por debajo de los 1.500 dólares estadounidenses (por paridad del poder adquisitivo). Concretamente, la BdP se considera al segmento sociodemográfico que sufre una situación de pobreza extrema[2] en los países más pobres y también, al segmento más desfavorecido de los países más desarrollados[3].

Tal y como explicamos en el laboratorio de negocios inclusivos[4], en alianza con el ICEX, dentro del segmento de personas que viven en situación de pobreza hay diferentes categorías o niveles de exclusión a productos y servicios que sufren las personas en este segmento, tales como el acceso al agua, transporte, energía, alimentación o vivienda.

 

La base de la pirámide

Tradicionalmente, la población de la BdP, que sobrevive con menos de 4 dólares al día ha estado excluida de la economía y del mercado, ya que, con un planteamiento empresarial tradicional, este segmento no es, aparentemente, rentable. El resultado es que al menos dos terceras partes de la población mundial no cuenta con apenas productos y servicios que respondan a sus necesidades, cuando, en la práctica, sus necesidades son enormes. La teoría de la BdP viene a llamar la atención sobre estas cuestiones:

  • ¿Qué está faltando para dejar a estas personas atrás?
  • ¿Por qué la economía no está al servicio de las personas?
  • ¿Cómo trabajar con las empresas para lograr una economía sostenible e inclusiva?

 

 

 

“Los modelos de negocio inclusivos llegan a poblaciones que antes estaban económicamente marginadas y les brindan empleos, oportunidades y los servicios que necesitan. Muchas multinacionales están haciendo apuestas de largo plazo para expandirse a nuevos mercados globales al encontrar nuevas formas rentables de satisfacer estas necesidades no satisfechas”, avanzaba en 2019 el informe Inclusive Business. Reimagined, elaborado por Accenture.

Desde esta óptica, los negocios inclusivos se consideran una forma de resolver necesidades globales con esquemas más sostenibles. Permiten a las empresas orientar su contribución a los ODS de la Agenda 2023, generando modelos de negocio que atienden necesidades de la población de escasos recursos o permiten integrar en sus cadenas de valor a personas antes excluidas, sin perder de vista la viabilidad financiera del negocio.

 

Si podemos abordar las necesidades de la sociedad con un modelo de negocio, habremos conseguido la fuerza más poderosa que jamás tendremos para cambiar el mundo[5]«.

Michael Porter

 

En resumen, los negocios inclusivos son una contribución al llamado crecimiento inclusivo[6], entendido como la forma de crear prosperidad a la sociedad desde la propia actividad empresarial, y en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 8 de la ONU: “Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos”.

 

El contenido forma parte de la VI investigación: Productos y servicios. Una respuesta empresarial a la vulnerabilidad en España.

 


[1] Otros autores hablan de unos ingresos diarios de hasta 4 u 8 dólares estadounidenses. Incluso en la clasificación más restrictiva que hace el Banco Mundial que reduce los límites de pobreza extrema a menos de 2,15 dólares diarios, más de la mitad de la población mundial (entre 4.000 y 5.000 millones de personas) quedaría englobada en esta Base de la Pirámide.

[2] Personas que viven con menos de 2,15 dólares estadounidenses al día, como recoge el glosario de términos del primer capítulo de este informe.

[3] Situado en los 3,65 dólares estadounidenses al día en países de ingresos medios-bajos y en los 6,85 dólares estadounidenses al día en países de ingresos medios-altos, según los parámetros actualizados establecidos por el Banco Mundial.

[4] El programa de formación en negocios inclusivos está dirigido a empresas interesadas en conocer y recibir acompañamiento para impulsar un negocio inclusivo en su estrategia de internacionalización y/o de desarrollo de nuevos mercados. Más información: Negocios Inclusivos – Observatorio Empresarial para el Crecimiento Inclusivo.

[5] ”If we can tackle societal needs with a business model, we’ve achieved the most powerful force we’ll ever get in changing the world.” Michael Porter Shared Value Leadership Summit, New York. June 2015.

[6] Tal y como recoge el Observatorio Empresarial para el Crecimiento Inclusivo, “el crecimiento inclusivo es un crecimiento económico cuyos beneficios se distribuyen por toda la sociedad, sin dejar a nadie atrás y generando oportunidades para todos; en particular, para quienes encuentran demasiadas barreras para mejorar sus condiciones de vida”.