Consumidores éticos y empresas comprometidas

Existe un mercado potencial de clientes, cifrado en unos 4000 millones de personas (61% de la población), que no tienen acceso a productos y servicios básicos necesarios para vivir dignamente. Este segmento de la población se denomina “base de la pirámide” y tiene una renta per cápita anual inferior a 15OO dólares. Ante esta realidad, surge la oportunidad de desarrollar nuevos mercados en segmentos de población con baja capacidad adquisitiva pero con alto potencial de crecimiento.

La pandemia de la COVID-19 ha generado un muy impacto negativo en las personas que viven un perpetuo riesgo de exclusión social. Como consecuencia, millones de personas han comenzado a verse excluidas de los mercados y del acceso a productos y servicios. Para combatir este problema, apostar por una estrategia empresarial de crecimiento inclusivo es clave.

Cada vez hay más consumidores que condicionan sus decisiones de compra a criterios de carácter social, como la contratación de personas vulnerables o su inclusión en la cadena de suministro, la ausencia de trabajo infantil o la garantía de unas condiciones laborales que respeten los derechos humanos. Sin embargo, aún hay camino que recorrer. La información sobre las condiciones de elaboración de los productos es deficiente y, en ocasiones, ausente de alternativas asequibles.

En este contexto, la producción sostenible de productos y servicios está tomando mayor relevancia. Las empresas quieren seguir siendo competitivas y comprometidas con los social. Pero solo lograrán mantenerse en el largo plazo aquellas empresas que desarrollen productos inclusivos variados, logren modelos de producción rentables y fomenten un consumo más responsable, con repercusiones positivas sociales y medioambientales.

Desde la visión de valor compartido, identificamos las siguientes áreas de impacto en las que la empresa puede reforzar su contribución al crecimiento inclusivo en su relación con los consumidores:

  1. Formación de clientes y consumidores: educación en hábitos y prácticas saludables.
  2. Accesibilidad de productos y servicios para personas con discapacidad.
  3. Desarrollo de productos y servicios adecuados a la capacidad de pago de poblaciones vulnerables.
  4. Desarrollo de marketing inclusivo.

 

¿Qué estrategias puede seguir la empresa para promover el desarrollo de los consumidores?

Escuchar y conocer mejor las inquietudes y valores de los consumidores: conocer mejor las necesidades y expectativas
de una demanda con una sensibilidad creciente respecto a los aspectos ambientales y sociales.

Ofrecer información en los productos y servicios que facilite la compra responsable: Incluir etiquetados que respondan a
las cualidades de: fiabilidad, transparencia, relevancia, accesibilidad, claridad y comparabilidad.

Situar los valores y las personas en el centro de la estrategia de marketing: Desarrollar campañas de marketing integrando valores como igualdad, inclusión, sostenibilidad y educación en estilos de vida saludables.

Desarrollar capacidad de análisis de las demandas de los consumidores más vulnerables: reforzar las capacidades para entender y dar una respuesta adecuada a la situación y realidad específica de los grupos vulnerables con conductas y necesidades particulares.

Ofrecer alternativas de productos y servicios sostenibles, accesibles y asequibles: diseñar productos que respondan
mejor a características de sostenibilidad, que puedan ser accesibles para grupos vulnerables y que no supongan un esfuerzo mayor en términos de coste para el consumidor.

 

Ejemplos de buenas prácticas

Con el propósito de promover las capacidades financieras, habilidades y actitudes de salud financiera BBVA ha puesto en marcha el Centro para la Educación y Capacidades Financieras. El banco colabora con diferentes agencias internacionales o multilaterales de desarrollo, como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF), la OCDE, la Secretaría General Iberoamericana y la Federación Bancaria Europea, entre otras. Además, promueve la EduFin Summit, un espacio que cada año reúne a más de 200 participantes de 16 nacionalidades distintas para compartir conocimientos y abordar los retos presentes y futuros de la educación financiera.

A través de la plataforma “Por un uso Love de la tecnología”, Orange apuesta por las herramientas digitales para concienciar y promover un uso seguro de la tecnología. La iniciativa incluye un decálogo sobre el uso de las nuevas tecnologías y una carta sobre derechos de la infancia. Su valor diferencial es la generación de debate y reflexión acerca de temas como el cyberbullying, sexting o sharenting 20. Más allá de sus múltiples reconocimientos, los vídeos de esta campaña han registrado más de 13 millones de visualizaciones y hasta un 59,3% del público impactado ha incrementado su consideración de Orange a la hora de contratar sus servicios gracias a esta apuesta de la compañía.

 

Descubre más casos de éxito en nuestra «Guía empresarial para el crecimiento inclusivo: grupos de interés y valor compartido»